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DE LO QUE NO SE DICE, PORQUE NO ES NECESARIO, O NO PUEDE DECIRSE.

José Herrera · Juan de la Cruz · Jesús Hernández Verano.

17 de julio al 11 de septiembre de 2020.

El silencio, lo manual como medida temporal, lo simple, la contención…. Son elementos cruciales del que se nutren los artistas José Herrera, Juan de la Cruz y Jesús Hernández Verano.

El espacio, lo oculto, lo íntimo, la soledad, la conciencia, la fragilidad, la tristeza, lo mágico, el paisaje interior porque el real está amenazado de muerte, la decepción, el otro, lo primario… son conceptos con los que siempre ha trabajado José Herrera. Lo visceral, lo sensible, lo femenino, la muerte…, lo poético, la intuición, la energía…, es decir, el ciclo está siempre empezando, siempre abierto, inconcluso. Su trabajo siempre parte del silencio, de su silencio. Ese silencio, esa forma reflexiva e intimista de su proceso de trabajo parece como grabada en el resultado final, y esa resistencia obliga a la demora de la mirada, nos conduce a un ensimismamiento donde razón y piel, reflexión, sentidos y sentimientos se movilizan.

Juan de la Cruz llevó el arte textil a finales de la década de los 70 a una concepción escultórica que afectaba el espacio y ofrecía una experiencia sensorial. Revisitadas, sus obras muestran un refinamiento, un rigor vanguardista y una pertenencia expresiva que no sólo obliga a rescatarlas para la historia, sino que es susceptible de lecturas en clave de contemporaneidad. Sus textiles muestran el atrevimiento y la voluntad de dialogar con el pasado, entendido como un palimpsesto cultural.

Las instalaciones de Jesús Hernández Verano se despliegan, se abren como interrogantes. Cuestiones muy particulares, meditaciones íntimas, casi secretas, interrogaciones que en definitiva, nos afectan a todos en la medida en que cuestionan el cuerpo y, con él, el tiempo Pues solo somos tiempo por nuestros cuerpos.

Oro, sangre, huella, forma silueta, deseo, perforación, herida, agujero, cuerpo, policromía, miembro, abrazo, ornamento, piel, negritud, arruga, nudo, sedimento, huella, corte, ojiva, espejo... Imágenes de presencia y de ausencia, de vulnerabilidad pero también de protección, de sanación. En la obra de Jesús Hernández Verano se manifiestan todas las referencias e imágenes como parte de esa realidad abierta o expuesta de la verdad, de la vulnerabilidad esencial del cuerpo en la conexión más directa con lo real.

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