Gonzalo González (Tenerife, 1950) estudió Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid. Desde 1975 se dedica exclusivamente a la pintura, desarrollando inicialmente una obra de corte existencialista, cercana a autores como Francis Bacon, que evolucionó pronto, en 1980, hacia una pintura que, desde la revisión de Rothko y la pintura de campos de color, indagaba en los códigos de la pintura de paisaje. Durante la década de los 90 el dibujo fue cobrando mayor importancia en la evolución de su discurso, hasta convertirse en su actividad principal y verdadero laboratorio de investigación plástica. Hacia 1996 empezó a producir regularmente esculturas.

En los últimos veinte años su trabajo se ha desenvuelto desde formatos diversos, pero con una formidable coherencia conceptual. Trabaja en series bien definidas, pero siempre estrechamente relacionadas, de manera que su obra de madurez puede ser descrita como un trabajo polifónico con el que han abordado sus preocupaciones por cuestiones del lenguaje, el paisaje, la mirada o la memoria.

Ha realizado más de cincuenta exposiciones individuales y más de un centenar de exposiciones colectivas en centros artísticos, galerías y ferias de arte nacionales e internacionales. Su obra se encuentra representada en importantes colecciones públicas y privadas.